INCOMODIDAD VOLUNTARIA - FRÍO

Lucio Anneo Séneca​

 “El que siempre se protege del viento, cuyos pies están constantemente calientes y cuyas habitaciones permanecen aisladas del frio, peligrará al enfrentarse a la mínima brisa. Todos los excesos son malos, pero ninguno peor que el exceso de comodidad. Afecta al cerebro. Hace a los hombres perder la visión de la realidad y se vuelve nebulosa la separación entre lo verdadero y lo falso.” - Séneca

El agua caliente es un invento reciente.
Salvo que vivieran cerca de alguna terma ancestral, los primeros humanos se bañaban al natural.
Estos mismos humanos conquistaron gran parte del planeta al final de la última era glacial.
Nuestros genes se forjaron en la adversidad, y se deterioran con el exceso de comodidad.
En una de sus cartas a Lucilio, Séneca afirmaba que inauguraba cada año bañándose el 1 de enero en las gélidas aguas del acueducto Virgo.
Después se calentaba y volvía a la comodidad, pero entendía el beneficio de salir con frecuencia de su zona de confort.
La exposición puntual al frío tiene multitud de beneficios metabólicos, pero también psicológicos.
Por una parta, el agua fría es efectiva contra síntomas de depresión, al elevar la noradrenalina, la dopamina y las betaendorfinas.
Por otra parte, y para mí más importante, el frío te hace entender que eres mucho más fuerte de lo que crees.
Como decía Séneca, tememos muchas cosas porque las desconocemos.
Y si no nos familiarizamos con ellas, siempre viviremos con miedo.
La propuesta de hoy es que te familiarices con el frío, a través del agua.
Después de tu ducha normal, con agua caliente, gira la llave para que salga agua fría.
El error que la mayoría comete en este momento es tensar los músculos y resistir el frío.
Esto solo aumentará el sufrimiento.
La estrategia correcta no es luchar contra el frío, sino aceptarlo.
Relaja tus músculos y tu cara.  
Respira despacio, alargando la exhalación.
Céntrate en las sensaciones de tu piel.
A los pocos segundos, tu cuerpo se adaptará. 
La sensación seguirá siendo intensa, pero no tan molesta.
Aguanta 30 segundos, o un poco más si puedes.
Después, cierra la llave y vuelve a la comodidad.
Si repites esta ducha fría con frecuencia, notarás que tu cuerpo se adapta.
Lo que antes te asustaba ahora lo toleras sin problemas. Es posible que incluso lo disfrutes.
Y lo mismo ocurre con otros aspectos de la vida.

“No es que no nos atrevamos a hacer muchas cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas” – Séneca

Al enfrentar las cosas que nos asustan nos damos cuenta de que no eran tan malas como pensábamos.

Comentarios

Publicacións populares deste blog

Sociedade Filarmónica Ferrolana. Avance dos primeiros concertos desta temporada 2024/2025

Artigo sobre Xan Viaño

I CONCURSO POSTAL DE NADAL MUSICAL